Si se lo inhala, el monóxido de carbono reemplaza al oxígeno que las células necesitan para su funcionamiento. El monóxido de carbono del aire se acumula rápidamente en la sangre, causando síntomas similares a los de la gripe, tales como jaqueca, fatiga, náuseas, mareos, estado de confusión e irritabilidad. A medida que aumenta su concentración, el CO produce vómitos, pérdida del conocimiento y, finalmente, daño cerebral y muerte. Las personas que sufren de problemas cardíacos son particularmente sensibles al CO, pudiendo experimentar dolor en elpecho si lo inhalan al realizar ejercicio. Los niños, los ancianos y las personas con problemas respiratorios son también especialmente sensibles.
El monóxido de carbono produce trastornos en individuos sanos, afectando las funciones motoras, la vista, la destreza manual, la capacidad de aprendizaje y de realizar tareas complejas.
En 1992, en veinte ciudades de los Estados Unidos, con una población total de más de 14 millones de habitantes, los niveles de monóxido de carbono superaron los estándares de calidad del aire fijados por las autoridades federales,
No hay comentarios:
Publicar un comentario